Cada vez más escuchamos en redes sociales y en las noticias información relacionada con la discapacidad y con la inclusión. Lastimosamente, no siempre se utiliza el lenguaje adecuado para hacer referencia a este grupo poblacional.
Algunas personas dicen “discapacitados” “autistas”. Todas estas palabras son inadecuadas porque dejan de lado a la persona y se centran únicamente en su situación de discapacidad. En otras partes del mundo como Estados Unidos es muy conocido el “People first language” o lenguaje en el que se hace referencia primero a la persona y luego a una situación, por ejemplo: persona con discapacidad o niño con autismo.
Igualmente es erróneo usar expresiones como "sufre una discapacidad" o "confinado a una silla de ruedas". Estas implican que las personas con tienen menos valor que otras y que los productos de apoyo son una limitación, cuando realmente son una ayuda para la independencia.
Todo este lenguaje se basa en la idea errónea de que no es "normal" tener una discapacidad y contribuye al estigma alrededor de esta condición.
Cuando decimos esto muchas personas nos miran raro porque creen que exageramos al exigir un lenguaje adecuado. Es importante recordar que el lenguaje marca la forma como pensamos y como nos relacionamos con el mundo. Invitados entonces a modificar el lenguaje y a nombrar primero a la persona que se encuentra en cierta situación.
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